¿Busca un destino urbano donde se lo puedan pasar bien por igual niños y adultos? Le proponemos San Francisco. Fue el hogar del sueño hippy en los 60 y de pesos pesados de la cultura como los poetas de la generación Beat, pero también es la ciudad donde puede encontrar animales que se mueven en libertad, atracciones familiares y lugares famosos mundialmente. Las mejores actividades infantiles en San Francisco, gustarán a toda la familia y tienen algo para todos. Aquí tiene una lista con siete de nuestras favoritas.
1) Visitar la famosa isla de Alcatraz
Imparta una lección de buen comportamiento a sus hijos, enseñándoles lo que podría ocurrir si no se portan bien. Alcatraz es todavía la cárcel más famosa del mundo, aunque cerró sus puertas en 1963 y sólo se usó como cárcel durante 29 años. Se considera a prueba de fugas, aunque la leyenda dice que un preso lo consiguió. Es un lugar fascinante para visitar en familia. Pero reserve con antelación porque es una de las actividades familiares más populares de San Francisco.
2) Conocer a los leones marinos en el Muelle 39
El centro comercial, el carrusel y los artistas callejeros de Fisherman’s Wharf y el Muelle 39, son suficientes para tener a toda la familia contenta. Pero lo que convierte a este lugar en una visita imprescindible, son los pícaros leones marinos que viven ahí. Los más pequeños se divertirán viendo cómo juegan y como se tiran del embarcadero, aunque desprendan un cierto tufo a pescado.
3) Divertirse en el Parque
El parque del Golden Gate Park no es un espacio abierto cualquiera. Esta legendaria zona verde cubre un espacio de unos 4 km cuadrados en el centro de la ciudad. Visite la Academia de las Ciencias de California para despertar su imaginación o vaya a ver a los bisontes que viven en libertad desde 1891. También puede alquilar una barca a remos en Stow Lake y hay un parque de juegos antiguo donde pueden quemar un poco de energía en los toboganes o en el carrusel del 1912.
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4) Dar un paseo con curvas
Seguramente notará que la ciudad está un poquito empinada. Pero en ninguna parte lo está más que en Lombard Street. Con un 27% de inclinación, es demasiado empinada para que los coches suban directamente, así que la calle se diseño con 8 curvas en una distancia de 180 metros. La calle aparece en muchísimas películas y sus macetas con flores de colores completan el singular aspecto de la calle más torcida de la ciudad. Suba y baje caminando, aunque imaginamos que unas piernas pequeñas no se cansarán tanto como las de los mayores.
5) Alimentar las mentes jóvenes en los museos
Póngales, literalmente, los pelos de punta a los niños en la exposición sobre electricidad estática en el Exploratorium. Todos los experimentos son prácticos y participativos y los niños pueden aprender cosas sobre la niebla que cubre la ciudad o a caminar tanteando a oscuras en el Tactile Dome. El Museo de la Creatividad para Niños ayuda a las mentes pequeñas a explorar la producción musical, la animación por fotogramas o a inventarse juegos de video.
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6) Subir al tranvía
Suba a bordo del antiguo sistema de tranvías en la terminal de Powell Street. Desde aquí las vías le llevarán por Nob Hill hasta Fisherman’s Wharf. Pero agárrese fuerte porque el trayecto tiene algún bache y los tranvías se diseñaron mucho antes de que se inventaran los cinturones de seguridad. Puede ser que encuentre largas colas, así que intente llegar pronto para poder subir a bordo tranquilamente.
7) Ponerse frente a un tiburón
Mientras camina por los tubos de cristal del acuario de la bahía, estará pasando a pocos centímetros de auténticos tiburones. Medusas encantadoras y peligrosas pasarán flotando e incluso podrá acariciar rayas y estrellas de mar en los tanques especiales. Una forma increíble de acercar a los niños a las maravillas de los océanos.
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