Budapest, al ser dos ciudades en una, ofrece el doble de lugares interesantes y experiencias para disfrutar. Recorra Buda para conocer el casco antiguo y la historia romana y, a continuación, cruce el Danubio en dirección Pest para dar un paseo por la elegante avenida Andrássy út. Budapest ofrece un gran abanico de opciones, desde admirar los cuidados jardines o la arquitectura barroca, hasta relajarse en los baños termales o disfrutar de la vida nocturna.
1) Visitar el Castillo de Buda
Desde cualquier lugar de Budapest, verá el sobresaliente Castillo de Buda. Este hermoso edificio con cúpula domina la ciudad desde las alturas y alberga la Galería Nacional de Hungría y el Museo de Historia de Budapest. ¿Por qué no toma el funicular para subir hasta el Castillo desde el Puente de las Cadenas?
2) Cruzar el río
El Puente de las Cadenas, el primer nexo de unión permanente entre las antiguas ciudades de Buda y Pest, es un hermoso puente colgante y una atracción turística en sí mismo. Con la caída del Telón de Acero en 1989, los manifestantes se reunieron en este lugar y el puente pasó a convertirse en un símbolo de independencia. Admire los leones que custodian el puente en ambas márgenes del río.
3) Zambullirse en las aguas
Budapest es una ciudad de agua, y no solo por el Danubio. Bajo su superficie, se extiende una amplia red de aguas termales, por lo que hay docenas de piscinas y baños termales repartidos por la ciudad. Puede elegir entre baños de arquitectura otomana, que parecen haberse detenido en el tiempo, y otros más modernos y animados, con espectáculos de luz y un ambiente realmente festivo.
4) Dar un paseo por la avenida Andrássy
En Pest, se encuentra la avenida Andrássy, con sus espectaculares casas neorrenacentistas y tiendas de lujo. Al final de la avenida, se abre la Plaza de los Héroes, el lugar ideal para hacer una parada y sacarse unos cuantos selfies. También puede adentrarse en el Parque de la Ciudad para dar un paseo, ir de picnic o visitar el Zoo de Budapest.
5) Visitar la isla
La Isla Margarita se sitúa en medio del Danubio. Este hermoso parque es un auténtico derroche de color en verano. No deje de visitar el pequeño zoo y las ruinas medievales que se esconden en mitad del parque. Y si viene en los meses más fríos también merece la pena visitarla, sobre todo si le gusta correr, pues la pista de atletismo que traza todo el perímetro es el lugar ideal para estirar las piernas.
6) Probar el goulash
La cocina húngara es única y en ella nunca puede faltar el estimulante toque de la paprika. Son muchas las exquisiteces locales que merece la pena probar, tales como el goulash, el guiso de carne o el pollo con paprika. Pero la cocina en Budapest no deja de reinventarse y la ciudad cuenta con cuatro restaurantes galardonados con estrellas Michelín. Los precios pueden ser más económicos de lo que cabría esperar, así que no dude en completar su experiencia culinaria con un buen vino húngaro, de los muchos que hay para elegir.
7) Pasar la noche en vela
Budapest es una ciudad muy marchosa. Si le apetece bailar hasta el amanecer, hay una gran selección de locales en los que podrá mover el esqueleto a placer. Incluso es posible ir de fiesta a algunos de los mejores baños termales de la ciudad, en los que la música y los espectáculos de luz se mezclan con el vapor. Y si lo que busca es una opción algo más tradicional, hay clubs y bares especializados en música jazz y folclórica tradicional.
8) Visitar la Gran Sinagoga
Budapest acoge la segunda sinagoga más grande del mundo, con capacidad para 3.000 personas, y en donde se encuentran también el Museo Judío, el Cementerio Judío y el Parque Raoul Wallenberg en recuerdo de las víctimas del holocausto. El rosetón es sobrecogedor, y no olvide echar un vistazo al órgano que el propio Liszt tocó en la inauguración de la sinagoga.
9) Subir una colina
El monte Gellért es el pico más alto de Budapest y aun así constituye una visita al alcance de la mayoría. En apenas una hora alcanzará la cima, en donde se encuentra la Ciudadela, y las increíbles vistas de la ciudad a sus pies serán la recompensa perfecta al esfuerzo realizado. Durante su ascensión, dejará atrás las cuevas del monte Gellért. Según relata la historia, este promontorio recibe su nombre de San Gerardo, a quienes los paganos metieron en un barril y lanzaron colina abajo.
10) Ir a una iglesia
La Iglesia de Matías fue construida originalmente hace unos 700 años y, desde entonces, este magnífico edificio ha sufrido todo tipo de añadidos y reformas. A pesar de todo, presenta una espléndida ornamentación y una emblemática torre, y en su interior se pueden admirar réplicas de las joyas de la corona de Hungría.